Querido Antonio, muchas gracias por escribirnos a consultorio@escueladeyoga.com interesándote sobre la posible influencia que tenga practicar Yoga tras haber sido diagnosticada con hernia lumbar.
Empezaré explicándote qué es una hernia lumbar. A medida que un disco vertebral se degenera y deteriora, el núcleo interno puede filtrarse hacia la parte externa del disco, y esta afección es la que se conoce como hernia de disco o disco herniado. El punto débil en el núcleo externo del disco intervertebral está debajo de la raíz nerviosa raquídea, por lo que una hernia en esta zona ejerce presión directa sobre el nervio. El nervio recorre la pierna, y cualquier tipo de nervio pinzado en la columna lumbar puede hacer que el dolor se irradie a lo largo del trayecto del nervio hacia los glúteos y la pierna. A este tipo de dolor también se lo llama ciática.
De acuerdo a diversos estudios, si personas sanas de la columna y sin ninguna dolencia se hicieran una resonancia magnética, el 30% de ellas presentarían hernia discal lumbar sin presentar síntomas de dolor.
Yoga adaptado a cada persona
El Yoga puede ayudar a mejorar un cuadro de hernia lumbar, realizando una práctica diaria, aliviando el dolor e incluso pudiendo llegar a eliminarlo. No hay limitaciones para la práctica de Yoga siempre que se adapte a cada persona. Te invito a probar las clases de Yoga Restaurativo de la Escuela.
Con esta dolencia hay que utilizar apoyos (mantas, ladrillos, cinturones,….) o en su lugar siempre tenemos en casa paredes, sillas, etc. Todo esto nos facilitara la práctica sin que moleste la espalda.
Por ejemplo, si se van a practicar posturas de pie con UTTHITA TRIKONASANA hay que buscar altura para apoyar la mano y conseguir estirar la parte baja de la espalda si sentir dolor.
En los estiramientos hacia atrás (flexiones) como BHUJANGASANA también se necesita poner apoyo bajo el abdomen para ayudar a alargar la zona lumbar sin presionarla.
Si se quieren practicar flexiones por ejemplo PASCHIMOTTANASANA hay que poner altura bajo las nalgas para que están suban, también se pueden flexionar las rodillas y utilizar cinturón. Con todos estos ajustes se consigue un estiramiento suave y sin molestias de toda la espalda.
Son también muy importantes las posturas pasivas, utilizando todos los apoyos necesarios para que toda la musculatura de la espalda pueda relajarse.
Es imprescindible la relajación en Savâsana colocando bajo las corvas de las piernas un cojín o algo parecido que haga que toda la espalda este apoyada en el suelo.
No hay límites para la práctica, porque el Yoga se adapta a cada persona.
Namasté
Paquita Villalba
Formadora de Âsana y Pedagogía
Profesora de Iyengar y de Hatha Yoga
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