Consejos prácticos para tener más consciencia en la vida y en la práctica de yoga
El corazón humano nos permite conectar profundamente con el interior. También el nuestro corazón tiene una gran sensibilidad a lo que sucede en el exterior, aquello que vivenciamos, sentimos, es como si fuera un receptor de todo aquello que se vive. Cuando no conectamos conscientemente con el corazón, cuando no somos conscientes de él pueden surgir sentimientos de tristeza, de aislamiento, de fragmentación, de separación o incluso de rechazo. A veces en la vida cotidiana, así como en nuestra práctica de Yoga si no estamos conectados al corazón – ser consciente de él – nos podemos separar de nuestros cuerpos.
Al estar conectados al corazón con las manos juntas delante del pecho al empezar la práctica de âsanas, invitamos al corazón a estar presente, a respirar con el movimiento, con cada latido, con cada âsana. De esta forma nuestra práctica de Yoga, así como cualquier momento de la vida, se convierte en un acto de amor. De ahí que conectar con el corazón es un gesto sutil de auto cuidado, de amarse a uno mismo es la posibilidad de conectar al mismo tiempo con el sentimiento de compasión hacia los demás.
Durante los próximos días, date la oportunidad de parar antes o después de una práctica de Hatha Yoga con las manos juntas delante del pecho. Haz una pausa consciente y conecta con tú corazón que se expande y se contrae en tu interior no solo para bombear sangre sino para conectar con aquello que también habita en él, la interconexión de todo.
Para conectar con el corazón puedes empezar prestando atención a las sensaciones físicas que puedan surgir, así como una presión en el pecho o una sensación energética o el mismo latir del corazón. Es la piel del corazón que hace que se refleje a través de sensaciones.
Conecta con la respiración, conecta con esa zona, permite que las sensaciones sean, las reconoces tal como son, no hay juicio. Sé consciente, sé amable, es tu corazón. Es una práctica que nos permite “estar” con aquello que quiere manifestarse. Con este ejercicio aprendes a prestar atención más allá de la mente y del cuerpo, aprendes a estar con el corazón que da vida. No te juzgas, simplemente estás a través de la respiración, ofreces consciencia al corazón. Desde la atención consciente no ofreces rechazo ni atracción. Este ejercicio puede ofrecer alivio, relajación profunda.
Observa si hay resistencias, observas si te cuesta “estar” con el corazón. De esta forma nos permitimos vivir más integrados, menos fragmentados en el día a día, más compasivamente con uno mismo y con los demás. En cada acto, y eso es amor.
– Mindfulness para una Vida Plena: Consejos prácticos para tener más consciencia en la vida, así como en la práctica de yoga.
Publicado en la edición de Julio nº 102 de Yoga Journal.
Formador de Filosofía y Meditación