Para evaluar a la práctica de Yoga en el proceso de envejecimiento de las células es preciso ver el proceso de oxigenación celular. Este proceso esta variando continuamente en función de la demanda de oxígeno, según el nivel de actividad del cuerpo (físico, con todos sus sistemas funcionando, incluida la actividad mental). Por ejemplo, la forma de mover nuestro cuerpo más o menos automáticamente o conscientemente, el tipo y cantidad de la alimentación y nuestros estados mentales demandan más o menos cantidad de oxigeno.
En el caso de la respuesta del organismo al estrés se genera un aumento de la frecuencia respiratoria y un cierto riesgo de hiperventilación. La práctica del Hatha Yoga nos permite equilibrar la actividad del sistema nervioso simpático/parasimpático de forma que el organismo regule el impulso respiratorio para que nuestro organismo tome justo el oxígeno necesario según el momento.
Cuando la práctica integral del Hatha Yoga confluye en Raya Yoga (con la atenuación de la ondas de la mente), la demanda de oxígeno se reduce en correspondencia a la ralentización del metabolismo; esto además va asociado a una transformación de la Conciencia que permite al practicante absorber y canalizar el prana (energía vital) más fácilmente, lo cual según la filosofía yoguica sería el principal nutriente de la célula y en última instancia lo que mantiene el cuerpo físico vivo.
La acumulación, regulación y canalización del prana potencialmente puede ser una variable importante, si fuera unida a otras también importantes, para favorecer un alargamiento de la vida.
En relación con la frecuencia respiratoria, el practicante de Yoga, gracias a los ejercicios de respiración (Pranayama), además de reducirla, aprovecha de forma óptima la entrada justa y necesaria de oxígeno y además, la liberación de toxinas… Toda mejora a este nivel permitirá que el nivel de «radicales libres», que se producen de forma natural en el metabolismo celular, se mantenga bajo.
Hay estudios donde se está concluyendo que si el nivel de «radicales libres» es muy alto, podría ser un factor favorable a la aparición de muchas enfermedades y el consecuente envejecimiento celular.
Podríamos decir que a nivel pránico un radical libre, por tener un electrón no emparejado, esta descompensado energéticamente y para equilibrarse puede dañar otras células alterando su ADN. [1].
Un gran beneficio del Yoga radica en que durante la práctica de los ejercicios de pranayama y meditación , el yogui regula la actividad de los nadis (canales de energía) donde se vive el cuerpo a nivel electromagnético permitiéndole también controlar la actividad cerebral en relación con el pensamiento (actitudes, creencias, etc ), también hay estudios que demuestran que los pensamientos pueden modificar el ADN tanto para mejorar la salud o su contrario. [2]
Donde se podría concluir que, el tipo pensamiento que tenemos podría ser también una variable en el envejecimiento y la práctica del Yoga lleva inherente el enfoque y concentración de la mente como una de sus etapas mas importantes.
Considero que la práctica diaria de pranayama donde la respiración se ralentiza o incluso se suspende momentáneamente, reduce la frecuencia respiratoria, equilibra el metabolismo celular y en ello habría un potencial para alargar la vida.
No obstante, hay otros factores evidentes que inciden en la juventud celular como:
- Vivir en ambientes libres de contaminación favoreciendo la comunicación con la naturaleza.
- Evitar largas digestiones por excesos alimentarios ya que generan toxinas que favorecerán enfermedades futuras y significan un alto consumo de oxígeno.
Reflexión final:
«Observando la respiración sentado, tumbado, caminando, etc. sintiendo cómo la fuerza de la gravedad actúa sobre tu cuerpo, el impulso respiratorio tenderá a regularse absorbiendo la cantidad de oxigeno adecuada. En cambio, en movimientos o ejercicios deportivos compulsivos, rápidos y mecánicos aumentamos la frecuencia del impulso respiratorio con riesgo de hiperventilación, aumentando la aparición de radicales libres que, como se ha comentado, se cree que intervienen en el envejecimiento celular.
En Yoga se practica el enraizamiento, la conexión con la tierra, que incluye la conciencia de la acción de la fuerza de la gravedad, que junto con el alineamiento de la columna vertebral, permiten que el impulso respiratorio se regule y ralentice fácilmente, además a través del equilibrio que se genera en los flujos respiratorios por las dos fosas nasales la actividad los dos hemisferios cerebrales se armoniza favoreciendo un tipo de pensamiento creativo y despertando la intuición profunda en relación a lo que el Yoga busca cuando según la tradición, se habla de la trascendencia de las limitaciones del cuerpo y la mente. Sea bienvenida la posibilidad de alargar la vida para obtener mas oportunidades de práctica con empeño y perseverancia, la búsqueda de la trascendencia y liberación del sufrimiento, la incertidumbre que generan los cambio en el cuerpo y la mente.
Los yoguis, ya hace muchos siglos reconocieron como regular el prana, la energía que subyace a toda manifestación de vida y descubrieron un potencial para alargar la vida reduciendo las funciones metabólicas, es decir, reduciendo la oxidación celular. Según la tradición se dice que a menor número de respiraciones y a que éstas estén reguladas según la canalización del prana hacia el nadi central (Sushumna) el yogui despierta y experimenta dimensiones de su Ser donde los cambios del cuerpo no afectan la experiencia profunda de su Ser esencial. Al hecho de querer alargar la vida podríamos considerarlo como un instinto más, como lo es alimentarse o reproducirse, y que debe ser comprendido profundamente, de forma que el Yogui sabe que el alargar la vida se quedará en algo irrelevante y secundario ante la verdadera búsqueda de la experiencia trascendente que le permite no ser afectado por los cambio del cuerpo físico.»
NAMASTE.
[1] http://www.ataxia-y-ataxicos.es/HA/MED/YNAC16.htm
[2] https://www.dsalud.com/reportaje/los-pensamientos-pueden-modificar-el-adn/
Formador de Filosofía